¿La Iglesia Católica Enseña Que se Debe Adorar Imágenes?

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Adorar imágenes es idolatría de acuerdo con el catolicismo, pero algunos protestantes citan el cuarto concilio de Constantinopla para argüir que la Iglesia Católica ordena a los católicos la adoración de imágenes.

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Esto es lo que se lee en el cuarto concilio de Constantinopla canon III que citan algunos evangélicos protestantes:

653 Can. 8. [Texto de Anastasio:] Decretamos que la sagrada imagen de nuestro Señor Jesucristo, Liberador y Salvador de todos sea adorada [proskynéō] con honor igual al del libro de los Sagrados Evangelios.

654 […] Puesto que el honor se refiere a los originales mismos, también derivadamente se honren y adoren [proskyné] las imágenes mismas, del mismo modo que el sagrado libro de los santos Evangelios, y la figura de la preciosa cruz.

655 Si alguno, pues, no adora [proskynéō] la imagen de Cristo Salvador no vea su forma cuando venga a ser glorificado en la gloria paterna y a glorificar a sus santos [1 Tes 1:10], sino sea ajeno a su comunión y claridad.

656 igualmente la imagen de la Inmaculada Madre suya, engendradora de Dios, María. Además, pintamos las imágenes de los santos ángeles, tal como por palabras los representa la divina Escritura; y honramos y adoramos las de los Apóstoles, dignos de toda alabanza, de los profetas, de los mártires y santos varones y de todos los santos. Y los que así no sienten, sean anatema del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

[Versión del texto griego:] Can. 3. Decretamos que la sagrada imagen de nuestro Señor Jesucristo sea adorada [proskynéō] con honor igual al del libro de los Santos Evangelios. […] Si alguno, pues, no adora la imagen de Cristo Salvador, no vea su forma en su segundo advenimiento. Asimismo, honramos y adoramos [proskynéō] también la imagen de la Inmaculada Madre suya, y las imágenes de los santos ángeles, tal como en sus oráculos nos los caracteriza la Escritura, además las de todos los Santos. Los que así no sientan, sean anatema.

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Los protestantes se van a enfocar donde se dice: “adoramos la imagen de Cristo, María y los santos” y van a concluir: “¿Ya lo ven? el mismo Concilio de Constantinopla está declarando de forma definitiva que los católicos deben adorar imágenes”.

Sin embargo, los protestantes omiten varios detalles importantes.

En primer lugar, si bien el Canon 8. (texto de Anastasio, Denzinger, 653) declara que las imágenes sean adoradas, se aclara que este honor debe ser igual al del libro de los Sagrados Evangelios.

Pero la Iglesia nunca ha enseñado que los Evangelios o la Biblia se debe adorar como se adora a Dios. Por tanto, se está refiriendo al honor de veneración que la Iglesia ha tributado hacia la Escritura tradicionalmente.

En segundo lugar, el numeral del Denzinger, 654 aclara que el honor a las imágenes va dirigido en última instancia a lo que ellas representan, es decir a los “originales” o prototipos.

También dice que adoren las imágenes mismas, pero de nuevo se dice que ha de ser del mismo modo que el sagrado libro de los santos Evangelios, es decir con reverencia, pero no como se adora a Dios.

654 […] Puesto que el honor se refiere a los originales mismos, también derivadamente se honren y adoren [proskynélas imágenes mismas, del mismo modo que el sagrado libro de los santos Evangelios, y la figura de la preciosa cruz.

El Concilio De Nicea NO Enseña A Adorar Imágenes

En tercer lugar, las declaraciones cuarto concilio de Constantinopla están apoyadas en gran medida en el Segundo Concilio de Nicea, 787 donde se determinó con claridad cómo es que los católicos deben utilizar las imágenes:

601 Porque cuanto con más frecuencia son contemplados por medio de su representación en la imagen, tanto más se mueven los que éstas miran al recuerdo y deseo de los originales y a tributables el saludo y adoración de honor, no ciertamente la latría verdadera que según nuestra fe sólo conviene a la naturaleza divina; sino que como se hace con la figura de la preciosa y vivificante cruz, con los Evangelios y con los demás objetos sagrados de culto, se las honre con la ofrenda de incienso y de luces, como fue piadosa costumbre de los antiguos. Porque el honor de la imagen se dirige al original, y el que adora [adoración de honor] una imagen, adora a la persona en ella representada.

El Concilio de Nicea establece los siguientes puntos sobre la veneración de las imágenes sagradas:

  • Las imágenes no deben ser adoradas con el mismo culto de latría que se da solo a Dios.
  • La adoración de honor [proskynéō] que se da a una imagen se dirige a la persona representada en la imagen, no a la imagen misma.
  • El Concilio de Nicea distingue el término Latría como el culto único que se debe dar a Dios. Tambien utiliza el verbo proskynéō (adorar) para el culto a las imágenes, pero enfatiza que este culto es de un honor menor.

Por tanto: Cuando el cuarto concilio de Constantinopla canon III se dice que se adore a la imagen de Cristo, Maria y los santos, esto debe ser hecho con adoración de honor, es decir veneración, no con el culto de latría que solo corresponde a Dios.

Constantinopla No Podría Contradecirse

En cuarto lugar, el Concilio de Constantinopla fue convocado como respuesta a la herejía iconoclasta. Sería ilógico, irónico y contradictorio que el mismo Concilio terminara aprobando aquello mismo que los iconoclastas condenaban como herejía.

Escribe Steven Bigham en su libro: Actitudes Cristianas Tempranas Hacia las Imágenes:

“Durante el primer periodo de la iconoclasia (726-780), los iconoclastas afirmaban que un ícono era un ídolo y dado que los iconófilos cristianos veneraban íconos, es decir, objetos creados, los iconoclastas los llamaban idólatras. Los iconófilos contraatacaron distinguiendo claramente entre un ídolo y un ícono, y por lo tanto, entre la adoración dada solo a Dios y la veneración dada a íconos y otros objetos y personas sagradas”1.

Por lo tanto y como ya se ha dicho: resultaría contradictorio que el mismo Concilio aprobara la adoración de imágenes mientras a la misma vez condenaba las acusaciones de idolatría presentadas por los iconoclastas.

La Palabra “Adorar” Y su Significado

Por último, la palabra “adorar” [gr. proskynéō] se utilizaba en tiempos del IV Concilio de Constantinopla en un sentido más amplio que como la entendemos y se usa hoy, que implica el culto exclusivo a Dios.

Y es que la palabra “adorar” es polisémica, es decir, tiene más de un solo significado. Según el Lexicon of the New Testament Arndt, William, et al. este verbo significa primero besar, postrarse ante personas y besar sus pies, besar el dobladillo de su vestimenta, postrarse en el suelo, etc.

“προσκυνέω (κυνέω ‘besar’) se usaba para referirse a la costumbre de postrarse ante personas y besar sus pies o el dobladillo de sus vestiduras, el suelo, etc., […] para expresar a través de la actitud o gestos la completa dependencia o sumisión a una figura de alta autoridad; (caer y) adorar, rendir homenaje, postrarse, mostrar reverencia, dar la bienvenida con respeto” ⓐ hacia seres humanos, pero mediante este acto se reconoce que pertenecen a un ámbito sobrehumano2“.

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Aunque proskynéō (adorar) también se utiliza para adorar a divinidades, su significado primario y básico. Proskynéō se compone de las raíces griegas “pros” (hacia) y “kuneō” (besar). Por eso los académicos concuerdan que el significado básico de esta palabra es besar.

El protestante puede responder: “Pero el concilio de Constantinopla dice que la adoración se dirige a la imagen misma”. Y esto es correcto, pero la adoración o proskynéō de nuevo es un culto de honor.

Ha sido costumbre que el sacerdote le de un beso a la Biblia esto implicaría un acto proskynesis (veneración, manifestaciones de honor). Pero evidentemente no significa que el sacerdote adore a la Biblia como su dios (bibliolatría) eso sería absurdo. Es simplemente un acto de veneración exterior manifestación de devoción al significado espiritual del texto bíblico.

Exactamente igual aplica venerar una imagen al hacer algún gesto externo de reverencia (proskynesis) como besar o arrodillarse ante imágenes religiosas. Es veneración al personaje representado, no adoración al objeto artístico en sí mismo.

Cabe señalar que proskynesis se refiere al acto externo de inclinarse, arrodillarse, postrarse o hacer una reverencia ceremonial ante alguien. Proskynesis es el gesto físico, mientras que proskuneo tiene más el sentido interno de veneración, adoración como sentimiento de honra y respeto hacia algo o alguien.

Por lo tanto cuando en el Concilio de Constantinopla dice que se debe adorar a las imágenes mismas, debe interpretarse la palabra “adorar” como un honor de reverencia, no una adoración que se ofrece únicamente a Dios.

Traducido las palabras el Concilio de Constantinopla a nuestro lenguaje actual sería: “También derivadamente se honren y veneren las imágenes mismas del mismo modo que el sagrado libro de los santos Evangelios, y la figura de la preciosa cruz”.

Por tanto el Concilio de Constantinopla más bien declara que el honor tributado a las imágenes termina en los originales, es decir, a la persona representada en la imagen, con el mismo tipo de honor que se les da a los sagrado libro de los santos Evangelios.

O sea que si los Evangelios no se adoran como a Dios, sino se les da un culto de honor, de la misma manera se honran las imágenes con este culto.

Por eso los protestantes cometen la misma falacia etimológica que comenten los testigos de Jehová con la palabra griega para cruz, staurós pero a la inversa.

Protestantes: Toman la palabra adorar (proskuneó) en su sentido contemporáneo de “adoración” exclusiva a Dios y creen que el Concilio de Constantinopla utiliza esta palabra con el mismo sentido.

Testigos de Jehová: Toman la palabra griega para cruz “staurós” y sólo reconocen un solo significado como madero vertical, pero desconocen que adquirió también el sentido de cruz de doble madero.

Uno tiene que preguntarse si la palabra “adorar” tenia el mismo significado que en la actualidad: “culto que se debe solo a Dios” o tambien significaba “venerar”.

Si el Concilio hubiera dicho: “Decretamos que la sagrada imagen de nuestro Señor Jesucristo, Liberador y Salvador de todos sea adorada con honor igual que a Dios” entonces los protestantes tendrían un buen punto y los católicos estaríamos en problemas.

Conclusión

El cuarto concilio de Constantinopla no ordenó adorar imágenes. En el canon III del concilio, se afirma que las imágenes deben ser honradas y veneradas, pero no adoradas.

La palabra “adorar” (proskynéō) se usa en el canon, pero no es el mismo culto que de adoración debida a Dios como se entiende hoy, más bien esa palabra se utiliza como sinónimo de venerar.


Notas

  1. https://books.google.com/books?id=QCPSXAdmGgAC&lpg=PP9&hl=es&pg=PA8#v=onepage&q&f=false ↩︎
  2. Arndt, William, et al. A Greek-English lexicon of the New Testament and other early Christian literature, 3rd ed., University of Chicago Press, 2000, p. 882. ↩︎
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